2.9.08

"Fui a parar a un bar que parecía alegre, un bar junto a uno de los innumerables funiculares de la ciudad. Había gente muy joven riendo en la puerta y pensé que entrar allí podía ayudarme a salir de la depresión y a olvidar la erupción horrible en la frente del niño dormido. Me apoyé en la concurrida y larga barra del local y pedí un whisky. A mi lado, un hombre de unos ochenta años, elegantemente vestido, me miró de arriba abajo y, al ver que yo le miraba, me preguntó de dónde venía. De Barcelona, respondí. Le pregunté de dónde era él. Hubo un breve silencio. Yo fui francés y soy Charles Baudelaire muerto, me contestó."


Vila-Matas, El mal de Montano